lunes, 30 de marzo de 2009

La vieja...

La mujer de mirada fria repentinamente cambio de animo y sonrio dulcemente, apretando los labios mientras yo desbarataba sobre mis manos la figura de masa que deveria ser una tortilla, el comal ardia sobre la hornilla de barro esperando, del otro lado una olla despedia un delicioso aroma a cafe que se mezclaba con la brisa fria que empapaba el suelo del patio transformandolo en un agradable olor a tierra mojada...
a lo lejos el campo verde formaba lineas parchadas de pasto, trigo, maiz y algun otro plantio de la estacion.
hacia dos horas ya que mi amiga y yo habiamos encontrado esa choza de barro con techo de palma, despues de vagar por un rato buscando la carretera que nos llevaba a Colima, nos salimos de la ruta y andabamos totalmente perdidas, no quisimos espantarnos y ambas tratabamos de darnos animos buscando alguna señal que nos dirigiera a nuestro destino
teniamos que estar muy temprano por la mañana en el congreso de comunicaciones al que estabamos invitadas, habiamos planeado irnos en auto hasta el lugar pero lamentablemente no resulto el plan y despues de pasar mas de cuatro veces por la misma carretera nos dimos cuenta de que estabamos perdidas, para que el panico no nos pusiera tensas inventabamos cantos que nada tenian que ver con la realidad o recordabamos chistes tontos que nos hacian carcajear con nerviosismo, de repente empezaba a oscurecer, la brisa nocturna empañaba los vidrios del auto, decidimos detenernos en el primer poblado que apareciera en nuestro camino, otro dia continuariamos nuestro viaje y comprariamos un mapa, las calles empedradas y ajustadas nos pusieron mas nerviosas, estaba demasiado oscuro y apenas unas lucecitas tenues nos indicaban que el lugar estaba habitado, nos bajamos del auto y tocamos en la primera choza, una anciana nos abrio primero la ventana de fierro oxidado, con desconfianza nos miro unos minutos y despues de explicarle el motivo de nuestra visita nos abrio la puerta cautelosamente invitandonos a pasar, era una mujer solitaria, en el interior nos recibio un sillon viejo con una mesita al lado y un ropero de los años 50,s, la cama de laton era amplia y la cubria una cobija hecha de pedaceras de tela, al lado derecho un buro con carpetas de tejido seguro hechas por ella misma para matar su soledad, seriamente nos condujo hasta la cocina, un cuarto amplio con piso de tierra, una mesa de madera vieja y dos sillas, la hornilla estaba encendida y la vieja habilmente introducia por determinado tiempo algunas ramas secas a la lumbre, platicamos por muy largo rato, nos conto de su vida, su noviazgo con aquel soldado razo que subio a sargento en 3 años con el cual tuvo 8 hijos, 5 hombres y tres mujeres, hasta ahora tiene 25 nietos y 5 bisnietos, ninguno de ellos la visita desde el año pasado cuando la invitaron a pasar la noche buena y terminaron dejandola sola en una mecedora mientras todos salian a divertirse, nadie se dio cuenta cuando la madrugada del 25 salio rumbo a su casa
mientras nos contaba sus anecdotas y desgracias, era inevitable sonreirnos o simplemente rodar nuestras lagrimas, nos enseño a hacer tortillas y a preparar una salsa de jitomatillo en molcajete que nos quedo deliciosa, nos sentamos a compartir el cafe de olla, las tortillas de maiz y los frijoles recien hechos acompañados de la salsa y un pedazo de queso.
fue una velada inolvidable, queriamos saber cada vez mas de ella, su viejo amor y su pueblo, su experiencia y gran sabiduria nos dejo boquiabiertas, y la verdad se me hace injusto que una mujer tan interesante este tan sola y olvidada
El sol empezaba a asomarse entre los cerros, la luna hacia poco se habia dormido, los arboles nos daban los buenos dias mientras las 3 mujeres avanzabamos sobre el camino de piedra y barro, rodeado de musgos e higueras, decidimos permanecer otro dia mas al lado de la anciana solitaria, ¿y el congreso?... ya pensariamos que explicacion darles por nuestra ausencia...

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