jueves, 11 de septiembre de 2014

Desbordamiento...




Que triste se oye la lluvia
en los techos de cartón
que triste vive mi gente
en las casas de cartón...
usted no lo va acreer
pero hay escuelas de perros
y les dan educación...

Esta imagen me recuerda a las notas de esta triste pero cierta canción... y mas la restregue en mi recuerdo al andar merodeando por las colonias mas marginadas de mi ciudad... 
entre mas me adentraba a las orillas del rió mas me nacía un nudo de sentimientos encontrados en mi interior... y digo sentimientos encontrados puesto que para esa pobre gente damnificada representabamos una ayuda, era realmente lamentable su situación, pues las alocadas aguas del rió desbordandose arremetieron con fuerza arrasando con todo lo que se ponía a su paso... cientos de casas dañadas, inundadas, enlodadas, vacías, pues sus escasos muebles se los llevo la corriente...
nuestros pies a cada paso eran atacados por el lodo que aun adornaba las escuetas calles...
con su mirada nos decían todo, mujeres despeinadas, casi descalzas, unas con sus barrigas abultadas por sus avanzados estados de gestación, hombres sin camisa, requemados por el fuertisimo sol que parecía que se burlaba de ellos intentando sacar los ultimos charcos de agua que inundaban sus casas... niños descalzos, barrigones brincoteando entre el agua sucia y contaminada que aun rodeaba algunas de sus casas... ajenos a tan lamentable desgracia... 
ancianos con mirada seca, quizá porque ya no les quedaban lagrimas... 
los techos de sus casas tenían aun estragos de los daños que las fuertes lluvias provocaron, ropas casi deshilachadas de todos los colores colgaban de los lazos tapizados, estilándose al sol...
Mientras seguía caminando mire de soslayo el rió que cruza por sus alrededores, observe por unos minutos sus aguas revolcadas las cuales corrían lentamente, cual si no hubiesen ocasionado nada... tan inocentes sin algún dejo de haber traído una desgracia...
poco a poco fuimos valorando cada caso, los colonos nos permitían entrar a sus humildes casas para contarnos uno a uno su fuerte anécdota de sobreviviencia mientras fotografiábamos y tomábamos notas de su suceso personal y los daños al inmueble, incluyendo sus perdidas materiales...
algunos decían no importa lo que se llevo el rió, al fin y al cabo estamos vivos...  lo material poco a poco se recupera, pero una vida jamas... 
sus palabras penetraban en mi cabeza, tenían de alguna manera razón, pero no dejaban de autolastimarles, se querían hacer fuertes, pero en el fondo caminaban con sus miradas bajas, pensativos, intentando no pensar en que hacer para volver a levantarse... 

Hoy en la mañana desperté con mucha flojera, yo no quería levantarme, pues sentía aun el ardor en mis manos rasgadas y ampolladas por la reciente carga de víveres, ropa, cobijas, camas y algo mas que el gobierno opto por entregarles, los cuales ellos recibían felices... suspire y volví a cerrar los ojos, me sentía cansada, desvelada pues han sido días realmente cansados, una semana entera de madrugar y trasnocharme entre las fuertes lluvias, inundaciones, aguas sucias, basura, escombros y todo los desperdicios que dejo el desbordamiento de un famoso rió que atraviesa mi hermosa e inundada ciudad...
me siento agotada, pero feliz de haber sido de ayuda a estas personas que tanto lo han necesitado en estos últimos días... y es por eso y mas que le agradezco Dios por permitirme estar viva y sana, pero mas por este hermoso trabajo que tengo el cual también consta en apoyar a la gente mas vulnerable en tan lamentables sucesos...!!!... 






  





martes, 2 de septiembre de 2014

Tedio...




No tengo ganas de nada... ni de hablar, ni cantar, ni escuchar... ni siquiera de escribir... el tedio y la rutina me llegaron hasta el tuétano... me siento débil...
Casi sin aliento deambulo sin destino fijo, creo que ni mi sombra me sigue... y hace bien... ¿quien seguiría a una mujer sin razón?...
No quiero caer en depresión, no me conviene a estas alturas de mi vida, pues mi trabajo es alentar, animar, aconsejar a las personas... pero hoy no puedo ni aconsejarme a mi misma...
uff!!... ¿y que hacer cuando no quiero hacer nada?... ¿cuando todo a mi alrededor salta sin cordura?... ¿cuando mis ojos no ven, ni mis oídos escuchan?...

¿quien tiene que pedir perdón? y ¿quien puede otorgarlo?...
¿los que durante años se llenaron sus bocas y oídos sin mesura ? mientras que conmigo se sentaba la muerte tan cotidiana, tan mía que termine por dejar de tenerle miedo...

¿y quien puede alentarme a mi ahora?... auch!!... definitivamente estoy siendo incoherente...