miércoles, 3 de diciembre de 2008

Aun no...

El viento helado, me detuvo de seco, antes de salir de casa, me quede parada a media puerta, pensando en desistir mi partida, deje la maleta en el piso, para observar la escarcha delgada de hielo que forraba una parte del jardin, es raro que caiga hielo, pero no imposible, me dije, y camine un poco hasta el manzano sembrado en el centro de una jardinera adornada con amor por las manos de mi madre
muchas veces nos sentamos bajo su sombra, mientras oscurecia, ella me contaba asuntos familiares, sobre sus hijos que crecian y se dispersaban alejandola de sus decisiones, me decia que extrañaba cuando eran niños y se prendian de su falda para evitar que se fuera al trabajo, no querian estar solos, y ahora le daban la vuelta cada vez que ella corria a buscarlos
-los años en lugar de acercarnos, nos han alejado mas-
me decia mientras recogia una hoja del pasto, y yo la abrazaba y la recargaba en mi hombro asegurandole que nunca la dejaria, que siempre estaria a su lado
- a ti te lo creo Jashi, y estoy segura de que lo cumpliras, pero no lo permitire, porque tienes que hacer tu vida, los hijos, algun dia se van, y tu tienes que seguir el ritmo, solo no seas como los demas, y recuerda de vez en cuando tu nido-
de alli nos reiamos porque sin esfuerzo hacia rimas
Mi madre a sido muy importante y esencial para mi, siempre pense en que estariamos juntas, pero los tiempos siguen cambiando y debo empezar a peregrinar, asi como ella lo ha hecho, la decision esta tomada, siempre añore el dia en que saldria de mi casa vestida de blanco de la mano del hombre que amaba y las lagrimas mezcladas con la risa de ella deseandome lo mejor, ahora la situacion a cambiado me voy, sola, vestida de dos colores y sin su bendicion
mi maleta estaba lista ...
-¿nena, te vas sin tomarte el juguito?, anda esta bien coladito, ¿y esa maleta? ¿vas de nuevo de viaje? ¿volviste al trabajo?, aun no es tiempo mi amor, ni creas que te dejare salir asi, mira ni vas abrigada, el tiempo esta frio, tus defensas andan bajas talvez pesques un mal, ven vamos a tu cama de seguro aun no despiertas bien-
y yo que no queria irme, me deje conducir por su brazo tibio, hasta el desayunador donde me esperaba el jugo de la vida, y un pañuelo con lagrimas que seguramente derramo mientras pensaba en detenerme...
(Te Amo Mamichis...)

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