miércoles, 25 de junio de 2008

¡¡Sorpresa!!...

He pasado por muchos cambios drasticos, pero la bipolaridad ha formado parte de mi vida, pues me acompaña desde mi adolescencia y por lo que siempre he sabido, podria venir desde mi niñez, incluso aun desde que estaba en el vientre, tan mal caracter me a metido en graves dificultades tanto con las personas, como en el medio en que me desenvuelvo, porque reconosco que no tengo grandes amistades cerca de mi, cuando mucho aun conservo una amiga, bueno ahora diria que son dos, muy buenas y lo mejor es que son tan especiales que jamas me han pedido que cambie mi forma de ser, aun cuando muchas veces he discutido con ellas, (empiezo a sospechar que somos del mismo caracter), una de ellas me lleva 5 años, la otra mas o menos igual, con las de mi edad nunca me he llevado bien, y con las pequeñas ni se diga, asi que prefiero mayores pues su madurez me auxilia en muchos aspectos.
mi metamorfosis de niña a mujer sucedio bastante tarde, digo tarde porque ahora hay niñas de 12 años que parecen de 20, en mi caso fue justo el dia que cumplia 18 años, cuando al pasar por un gran almacen de ropa muy sofisticada y fina, vi en sus aparadores a los maniquis portando ropa hermosa, me quede por varios minutos observando detenidamente lo que alli se mostraba y admire mi reflejo en el cristal del aparador, mis jeans azules desgastados y rasgados de la rodilla, con una blusa nada coqueta, mis zapatos-tennis ortopedicos negros, mi inseparable sueter amarrado a la cintura, y la clasica coleta en el pelo, como niña de primaria, la verdad que me di pena, y aunque en ese tiempo ya habia tenido mi primer novio, imagine la cara de asco que pondria si me viera en ese estado, igual me llego a ver a si, pues yo no solia vestirme de una forma atractiva, simplemente me ponia encima lo que me ajustara mejor, igual jamas recibi criticas de nadie, pero en el fondo pense que era porque no se atrevian, (por lo de mi feo caracter) ese dia conclui la razon por la que se me quedaban mirando siempre, hasta yo me miraria si me viera entrando a donde sea en estas fachas y para nada que me gustaria a mi misma, total que ese dia estuve a punto de caer en la depre, pero en el mismo vidrio distingui una estetica justo frente de donde estaba, asi que no la pense dos veces y me cruce la calle dispuesta a cambiar de look, entre y fui atendida super bien, al momento le explique a la chava que queria un peinado en el cual me reflejara yo, y nadie mas, la chica me miro pensativa y como entendiendo y no, pero empezo con el corte, 40 minutos despues, salia del lugar con menos cejas y mas maquillada, me sentia muy coqueta, volvi a cruzar la calle directo a la tienda de ropa, entre y le pedi a una de las empleadas que me ayudara a escoger la ropa, que se pareciera a mi, igual me vio raro, pero enseguida se puso a buscarme algunos cambios, me los probe todos y la verdad que si me gustaron, me deje uno puesto con todo y unas botas de ante que la chica me ofrecio para hacer conjunto, total era mi cumple y tenia que estrenarme algo, cuando me vi al espejo dije wouuu, la chica asintio a mis espaldas, realmente parecia otra, al menos mostraba que ya no era una adolescente;
pero igual algo tenia que salir mal, como pasa casi siempre que obtienes algo bueno, no me imaginaba que a mi familia se le habia ocurrido la idea de hacerme una fiesta sorpresa, ni por la mañana cuando mi madre me entrego una cantidad para que fuera a comprarme lo que se me antojara, y en realidad era para prepararlo todo, pero como tampoco nadie sospecho que yo iba a cambiarme de look, llegue a mi casa y como la puerta estaba abierta entre y los encontre acomodandose para recibirme, como me habian visto salir en fachas, no les paso por su cabeza que me habia cambiado, asi que me confundieron con una invitada mas, pero cuando me acerque a mi madre a preguntarle que significaba el relajo, ella muy atenta me respondio -es para la fiesta sorpresa de...ti-;
me miro detenidamente y al saberse descubierta solto la jarra de agua que llevaba en sus manos, haciendola caer al piso, y salpicando mi ropa nueva y mis botas de ante... vaya sopresa que les di...

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