viernes, 15 de septiembre de 2017

Antología...





Lo encontré en la ultima mesa, pegada a la terraza, de aquella cafetería tipo vintage, que lleva años instalada a un costado de una plaza comercial en la ciudad...
Imagine que estaría ahí, porque hay actitudes que no cambian mucho en las personas... y la de el seguía siendo la misma, eso lo intuí en cuanto acepte la invitación que me hizo para charlar de algunas cuestiones muy personales, así me lo hizo saber, me dejo en claro que necesitaba hablar de algo muy importante conmigo, yo obviamente al principio me negué argumentándole que no estaba en condiciones para ayudar a nadie, pero cuando pregunto mis razones, le dije que si lo haría con tal de que no me siguiera interrogando... así que ahí estaba yo buscándolo entre las mesas dispuesta a escuchar su problemática... llegue a su lado pero el no se dio cuenta parecía muy preocupado, así que me tome muy enserio su asunto, lo salude por segunda ocasión esperando de pie su respuesta, parecía no escucharme, estaba totalmente distraído, al fin levanto su cara y me miro...
-¡Eh! ah... hola... hola Jaci, discúlpame estaba .. disculpa mi mente se fue a otro rumbo por un buen rato... no te escuche, vamos siéntate no te quedes ahí parada-
Me dijo poniéndose de pie para saludarme con un abrazo apresurado pero grato, acomodo mi silla lentamente y me senté, el rodeo la mesa, tomo su silla procurando quedar muy cerca de mi pero de frente
-Te noto nervioso... ¿que esta pasando contigo? hace años que no sabia de ti, lo ultimo que supe fue que seguías viviendo en Baja California-
Le pregunte
-Si... estuve viviendo allá, varios años, pero me vine hace dos otra vez para acá, discúlpame Jaci,  si estoy un poco nervioso, pero mas abrumado, es que... ¡uf! me están pasando tantas cosas en estos momentos, que me siento muy débil y sin fuerzas... pero primeramente déjame decirte que me da mucho gusto volver a verte... tenia tantas ganas de contarle a alguien mi situación y después de pensarlo mucho opte por elegirte a ti, pues se que eres ante todo muy profesional en lo que haces y... no me mires así, estoy nervioso es cierto, no es fácil reencontrarme contigo después de tantos años, y menos en estas condiciones... pero se que tu puedes escucharme, siempre has sido muy madura, y yo necesito sacar esto que me oprime... ¿vas a hacerlo verdad?-
-¿Que cosa?-
-Ayudarme... lo necesito...-
-Pues... estos últimos días parece que han sido de grandes reencuentros, y este no es menos importante, pero te advierto que no soy tan madura como piensas, también tomo decisiones abruptas que me han metido en varios líos, como humana que soy, pero aquí estoy dispuesta a intentar ayudarte, sobre todo ahora que de verdad te noto angustiado, así que empezare por escucharte, solo debes calmarte un poco pues estas muy acelerado, pareciera que andas metido en algún asunto fuerte... vamos te escucho, cuéntame ... ¿que esta sucediendo contigo que te pone tan tenso?-
Me observo fijamente y yo no pude desviar mi mirada así que lo observe también
-¿Quieres tomar algo?-
-Si... un clericot por favor-
Le pedí a la mesera que se acerco al momento, el ordeno otro sonriendo un poco
-No quisiera quitarte mucho el tiempo, así que iré al grano, tal y como a ti te gusta, pero es un poco largo de contar-
-No importa, tengo suficiente tiempo hoy, así que empieza de apoco, yo te escuchare-
Le dije recargándome un poco en la silla para ponerme mas cómoda
-Pues veras... la ultima vez que nos vimos y charlamos un poco te conté que estaba casado y tenia un hijo pequeño, pues de eso ya pasaron 3 años... yo me case hace 4 años, enamorado totalmente de mi mujer y aun lo estaba hasta hace unos meses... ya casi un año... no te diré su nombre, porque me cuesta mucho hacerme a la idea de que lo que esta pasando es tan real, como horrible... fuera de orden... ella cometió un error hace un año... y ese error tuvo sus consecuencias, pero gracias a Dios salio librada...-
Desvió su mirada hacia la calle, observando los autos o la nada, pensativo, era obvio que le costaba soltar lo que traía dentro, el estaba siendo afectado emocionalmente, me incline un poco para acercarme mas, y poder brindarle confianza, sobre todo porque creí ver una lagrima queriendo escapar de sus ojos, de repente se le pusieron vidriosos-
-Respira un poco... y si gustas charlemos de otro tema en lo que te repones-
Le sugerí, el respiro profundamente y volvió a mirarme soltando el aire lentamente, el estaba totalmente decidido a sacar eso que tanto le afectaba y no iba a detenerse aunque le incomodara hasta el alma
-Te decía que mi mujer cometió un error muy grave, por lo cual casi va a dar a prisión... yo contrate un buen abogado para que la apoyara hasta el ultimo momento y así fue, esos días estuvieron realmente desgastantes, casi me deprimo pero me hice fuerte ella necesitaba mi apoyo, yo al principio estaba totalmente convencido de que ella no era culpable de lo que la acusaban, porque me lo prometió, pero después... todo cambio... me di cuenta que no había sido como ella me lo había contado, eso me puso mal... me decepciono, pero aun así me aferre a creer que no era cierto, que los que la acusaban estaban siendo injustos, pero no era así-
-¿Y que sucedió para darte cuenta de que el equivocado eras tu?-
Nuevamente desvió su mirada al exterior, y en ese momento, una lagrima recorrió su mejilla, tomo su bebida y le dio un sorbo de prisa, mas para mojarse los labios que para saborearla, la puso sobre la mesa, ladeo un poco la cabeza, respiro lentamente, girando su cabeza hacia el interior del lugar, miro las mesas contiguas, los cuadros de paisajes antiguos, la guitarra que estaba al frente sobre un improvisado estrado, la maceta de helechos chinos que tenia a su costado, el techo con su gran candelabro, la barra de cantera que estaba hasta el otro extremo, nuestra mesa, las dos copas, mis manos que había apoyado yo desconcertada sobre la mesa, mis ojos detrás de las gafas de nerd... y ahí se quedo por un largo momento... traspasándome con la mirada...

Continuara...

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