La mirada le seguía hasta en la mañana, sus pupilas eran fuego y mezclas de ira, en la noche escuchaba su respiro, y lamentaba dormir sola en esa cama, a las 12 comenzaba con su ronda, los pies desnudos hacían crujir la madera vieja del piso, cada segundo nocturno era una pesadilla, el viento soplaba cada vez mas fuerte, su piel se estremecía de pavor, ese día se durmió, y en sus sueños le sintió, con sus manos deslizaba su suave cuerpo infantil, le dejo seguir hasta saciarse de lujuria, le dejo que la tocara, que la mordiera con sus labios secos de deseo, le dejo que continuara, y hasta pudo sonreír, silenciosamente su mano llevo bajo la almohada y saco el arma justo en el momento en que la poseía...
un disparo se escucho y después....ella huyo.
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