jueves, 11 de junio de 2009

Vallarta...


Resulta que por motivos de salud me recomendaron cambiar de ambiente por unos días, así que me fui al bello puerto de vallarta, (si visitan México, no olviden ir a puerto vallarta esta hermoso) gracias a Dios que tengo familia ahí,  en cuanto llegamos me instale y me sentí como si estuviera en otro mundo, el mar se extiende en todo lo azul que le refleja el cielo tan claro y descontaminado, decidí dar una caminata para desentumir mis pies que estaban adoloridos y no es por el viaje porque puerto vallarta solo queda a dos horas de mi ciudad, tome rumbo hacia la playa se me antojaba quitarme las sandalias y caminar descalza pero la arena estaba calientisima, también se me antojaba meter mis pies al mar pero siempre le he tenido respeto a las olas, la caminata fue tan larga que llegue hasta la cabaña de Don Jose, un anciano muy amable dueño de un negocio de renta de lanchas para los turistas, recuerdo que hace años venimos en familia y nos presto una lancha bautizada como ¨La Lupita¨ en honor a su mujer quien murió hace como 10 años.
Esta vez me toco ir sola y al verme me reconoció al instante y de inmediato me invito a subir a una lancha, paseamos por un buen rato por las orillas del puerto conversando sobre su vida solitaria, pues según el ya nadie viene por esos rumbos por lo cual tiene que ir todas las mañanas hasta el malecón para llevar turistas y así pueda tener dinero para sobrevivir, entonces me di cuenta de que la pandemia mas grande y verídica es la soledad y abandono de los viejos, la mayoría de ellos están solos, los hijos los olvidan, y se van, según por ley de la vida, pero no deveria ser así, ¿o tu que crees?
Después del recorrido tuve que volver a casa y con nostalgia me despedí de Don Jose, un hombre de verdad, que vivió y dio a los suyos lo mejor de el; y enserio les pido que si van a vallarta lo busquen y así puedan cooperar para su causa, les aseguro que jamas olvidaran el paseo y la charla tan agradable que les dará en su vieja lancha y también les cantara con su entonada voz, este antiguo canto que bien lo identifica...

A mi playa, nadie viene
estoy solo, frente al mar
mi canoa, mi guitarra
y una red, para pescar
Por las noches, yo le canto
a la brisa y al palmar
y a la luna que ilumina
mi tristeza y mi penar
Esperando que se acuerde
de mi vida, el gran Señor
y dejar la playa sola
y reunirme con mi amor...

(Con esto me uno a la campaña ¨VIVE MÉXICO¨ la cual busca rescatar al turismo tras la crisis que dejó la emergencia sanitaria, reimpulsando el turismo nacional e internacional.
Y les exhorto a que visiten mi lindo país, ya estamos descontaminados de la influencia y a cambio les ofrecemos una hospitalidad que gozaran desde el niño hasta el anciano, así que : ¨Pásenle a México y saboreen todo lo que les ofrece este Pedacito de Paraiso¨)


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