lunes, 4 de enero de 2016

¡Rabiosa!...


Me subí a la caminadora y le puse una de las velocidades más fuertes...
Inicie velozmente el ejercicio intentando canalizar el coraje, la rabia y la ira que se habían apoderado de mi razón... no lograba acomodar cada acción, en mi mente solo recorría la palabra"estoy furiosa"...
Y así estaba... no había nada más que hacer, solo intentar sacar lo que me estaba poniendo trágica...  deseaba en esos momentos arrojar todo lo que estuviera a mi paso, pero recordé que ya no soy una niña berrinchuda acostumbrada a reaccionar de manera inmadura cada vez que se sentía impotente...
No, ya no soy asi... ahora puedo controlar mis arranques rebeldes... ahora puedo detenerme a pensar las cosas antes de crear un drama que podría meterme en más problemas... además de que ahora también me cuestan las cosas materiales, así que no puedo darme el lujo de destruirlas... yo puedo... si, yo puedo... Me repetía continuamente mientras el sudor que empezaba a bañar mi cuerpo caía cómo gotas de lluvia recién empezando a caer del cielo y salpicaban la cinta oscura de la máquina que cada vez dejaba escapar un silbido extraño... no hice caso... Ni tampoco cuando sentí como uno de mis pies , el más lastimado se me iba casi de lado y descargaba una leve molestia, nada iba a detenerme... nada podía detenerme, necesitaba sacarlo todo, que no quedará ni un rastro de la furia incontenible que se me había desatado... mis manos me temblaban aferrándose a las barras paralelas que hacen de sostén en la maquina... mis piernas flaqueaban y se ponían cada vez más duras y cansadas... mi respiración estaba realmente acelerada, mi cabeza al igual que las plantas de mis pies comenzaba a punzarme por el esfuerzo de contener el llanto que empezaba a confundirse con las gotas de sudor que resbalaban en mi cara...
¡Ya está! ¡Ya está! .... ¡No puedo mas! Grité y salte con agilidad de la maquina quien siguió girando con demasiada velocidad... Con las piernas temblorosas me senté en el piso para quitarme los tennis y revisar mis pies, un dolor intenso mezclado con calambres los invadia... Me dolia el empeine de cada uno de ellos... Me recargue cansada en la pared mirando el cuadro azul pintado al óleo que adorna el cuarto que uso para mis cachivaches... mire la tranquilidad de su paisaje, el hermoso lago que proviene de una cascada impecable, sus aguas mansas y el humo de la chimenea que salía de una casa de madera que incitaba a tener paz y tranquilidad al ser visitada... respire profundo y el humo de la chimenea penetro en mi nariz... pensé que mi imaginación seguía siendo estupenda, me parece cada vez más real, tanto que no sólo puedo oler el humo si no que además puedo verlo... si hay humo en el cuarto... abro los ojos y puedo verlo... un sonido fuerte cómo trueno me hizo levantarme de prisa... era verdad el cuarto estaba inundando del humo que escapaba de la maquina caminadora, esta había tronado por tanta descarga y despedía además un olor a... cable quemado... ¡¡ausch!!... al menos ya tendré otra actividad en que ocuparme, ahora debo llevar el aparato a reparar... ¿y mi coraje?... ¡Ah! Ese ya lo logre canalizar... 

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