miércoles, 21 de octubre de 2015

Marchita... da...


Me senté en la cama... respire profundo... prendí el televisor... lo apague... tome mi celular... revice mensajes... lo cerré... me acosté de nuevo...
la ventana estaba abierta... observe el cielo... las estrellas opacadas por las nubes grises... cerré los ojos... los abrí de nuevo... los volví a cerrar...
mi cuerpo temblaba a causa de mis frecuentes escalofríos... alguien toco a la puerta del cuarto donde reposo en casa de mi madre... no abrí... no respondí... quise guardar silencio... afuera se escuchaban las voces mezcladas de niños y adultos... mi madre y mis hermanas veían películas en compañía de mis sobrinos... yo no podía estar ahí... y no quería ...
en estos momentos no quería hacer nada... ni dormir... ni hablar... ni ... ni siquiera pude pronunciar la frase... porque ni eso quería en ese instante...
me sentía vulnerable... no quería llorar... eso no solucionaría mi estado de animo... ademas no tenia razón... al menos emocionalmente no estaba tan débil...
a un así me sentía triste... esta enfermedad temporal me desarma... al grado de llevarme a la ansiedad...
me levante de la cama y me detuve en la ventana... de soslayo vi las flores que resaltan en el jardín de mi madre... me estire haciendo a un lado mi dolor muscular y tome una de ellas, la toque un instante y sin mas la arranque...
me la lleve a la cama mientras la observaba, despedía un aroma agradable, me envolví en las sabanas junto con ella, abrazándola sintiendo su suavidad... a los pocos minutos me desenvolví y me percate de que estaba totalmente estropeada, sus pétalos estaban quebrados, la toque, estaba humedecida, una gota de agua resbalo entre sus marchitos pétalos... parecía que lloraba...
la acomode delicadamente entre las paginas de mi libro de poemas y lo cerré mientras sentía como una lagrima se me escapaba...
me identifique con ella, yo también estaba ...  marchitada... pero ni aun así me doy por vencida... porque se que esto pasara muy pronto... 

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