Un dia mas, habitando la soledad, esta casa de paredes nuevas, aun no es de mi entera confianza, el vivir en el fraccionamiento mas grande de mi ciudad tiene sus ventajas, pero tambien sus desventajas, cada dia se añade mas gente a su alrededor....
las avenidas hasta hace unos poco meses estaban hermosas aun sin ser tan concurridas, hoy día hay autos haciendo fila desde que sale el sol, hasta que se mete, el ruido de los motores penetra hasta mi recamara, mi mama se equivoco cuando pensó que el lugar que eligió era el mas adecuado, cómoda si es, eso ni dudarlo, cabe comentar que nuestro jardín es el mas bello de la cuadra, me a tocado escuchar a las personas que pasan haciendo comentarios de lo agradable que es, todo gracias a mama que es fanática de la jardinería, entre ella y el hombre que poda el césped han hecho de esa parte de la casa un pequeño edén, en el cual me he sentado muchas veces a meditar de mi vida, o solo a observar las estrellas, otra de las ventajas de nuestra casa es que esta al final de la ciudad, eso indica que solo nos rodean bosques, arboles y vegetación limpia, el despacito de cielo que nos toca, se puede ver en su color natural y bastante despejado, pero lo mejor es cuando llueve, la tierra deja resurgir su olor natural remojado, bastante agradable, me gusta observarlo todo desde mi ventana, y de repente vuelvo a ser niña, jugando con las gotas que resbalan en el cristal, podría pasarme una eternidad pegada a mi ventana sintiendo esa paz que solo siento cuando cae la lluvia y yo obviamente estoy a salvo...
la desventaja es que por lo mismo de estar hasta la orilla, todo nos queda lejos, el trabajo de los que trabajamos, la escuela de los que estudian y lo mas difícil, los supermercados, ni mencionar el centro de la ciudad donde están las tiendas mas prestigiadas, aunque a mi me da igual, no suelo ir a lugares tan concurridos...
creo que sin duda alguna mama si eligió el mejor lugar, aunque sea mas pequeña que la anterior donde vivíamos, aunque por las noches las ranas de los bosques nos aturdan con su ronco canto, aunque las hojas de los grandes arboles a nuestro alrededor tapicen las banquetas, aunque sea necesario llenar el tanque de gasolina de los autos para llegar hasta acá, y aunque a través de los años llegue a ser la mas concurrida y aturdida...
Por lo pronto, cierro de nuevo mi ventana y me sumerjo en los ecos de esta soledad...
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